miércoles, 18 de diciembre de 2013

La graduación




Edwin Rolando García Caal

-Mynor, ¿Cómo estás? Bien. Aquí, almorzando. Y ese milagro, ¿siempre vienes a almorzar aquí a los tomatines?...


Eran las 4 de la mañana, el sueño pedía a gritos que se quedara en la cama, pero no era posible, esa sería una semana muy atareada. Luego de una corbata ajustada y un desayuno liviano, se escuchó el ruido de un motor. Para Mynor el día había comenzado.



Entre las 10 y las 11 de la mañana se escuchó esta conversación. -Aló, ¿Los Tomatines? -Sí señor. ¿En qué podemos ayudarle? -Quisiera hacer una reservación. -¿Para cuántas personas? -Sólo 2. -Excelente, ¿a qué hora señor? -A las 13:00 horas. -¿Algún motivo especial? ¿Quiere acompañamiento de mariachis? ¿Alguna canción de cumpleaños? ¿Música especial para enamorados? -Nada de eso. Es la graduación de mi hijo.    -Me parece bien señor. Podemos ofrecerle un pastelito de graduación… 

-¿Quedamos entonces para el día de hoy a las 13:00? -No, no, no. La reservación es para el día miércoles 20 de noviembre de 2013. -Ah, dentro de dos días. Señor ¿Quisiera hacer un pedido anticipado? Le podemos enviar el menú por email o si lo prefiere, sólo hacemos la reservación y usted revisa hasta ese día la carta. -¿Cuál es la ventaja del pedido anticipado? -Que nuestros precios son más cómodos, ya que usted realiza el pago también por anticipado. -Pero no disminuye la calidad de la comida ¿o sí? -No señor, para nada. Usted escoge lo que desea consumir y por el pago anticipado tiene un 10% de descuento, además a la hora indicada su pedido ya está listo, así no tendrá que esperar nada. -Excelente, envíemelo a esta dirección de correo…

A las 14:00 horas del día siguiente el silencio nuevamente se ve interrumpido en aquella oficina. -¡Puchis vos! ¡Ni color que hay pisto! -Nada qué ver. Es un almuerzo nada más. -Pero mil quinientos quetzales no es un almuerzo nada más. A quién te le vas a declarar. -Ya vas. Lo que pasa es que mi hijo se gradúa mañana y es un evento único, así que no me importa gastar lo que sea necesario para que ese día se sienta el Rey del mundo. -Y qué ¿Ya es ingeniero? -No, se gradúa de nivel medio. -Ya está grande verdad vos. -18 años tiene ya. -Qué bueno. Yo más creo que la celebración es por tu graduación y no por la de él. -Será por mi cumpleaños también. Imagínate, mi hijo se gradúa el día de mi cumpleaños. Eso no es coincidencia. En realidad es un regalo, después de 14 años de desear que llegara este momento. -¿Y qué dice tu hijo por el almuerzote al que lo vas a invitar? No sabe. En realidad no está viviendo conmigo. -¿Pero no eras papá soltero pues? -Sí, pero cuando cumplió 18 le pregunté si se quería ir a vivir unos meses con su mamá y me dijo que sí. Antes de entrar a la universidad. Así que llamé a la señora y le pregunté si aceptaba tenerlo en su casa unos meses. -¿Y qué te dijo? -Ella inmediatamente me preguntó si le iba a mandar dinero, porque ella no tenía dinero para él. -Sin vergüenza verdad vos, no lo crió y todavía así le niega mantenerlo unos meses. Y le dijiste que no, me imagino. -Jajajaja, cómo creés. Le dije que estaba bien, le enviaría 800 quetzales al mes para la comida. -Disculpame mano pero vos si te pasás, o sos o te hacés. Ella se fue a Estados Unidos cuantos años ¿cinco? -Siete. -Vaya y ¿cuándo le mandó un centavo a tu hijo? -Nunca. -Y entonces, que por lo menos estos meses lo hubiera mantenido. –Yo no quiero pelear, mejor que yo lo siga manteniendo, así no tendrá nada qué reclamarme después. Total es sólo para que mi hijo sienta por unos meses lo que significa tener mamá.

-Hay pero una mamá como ella, yo no la quisiera tener. -Pues vieras que está contento. En su muro de facebook escribió “ya hasta había olvidado lo que era ser feliz”. -Púchis, entonces con vos nunca fue feliz. Pero así son los hijos vos, me imagino que es la novedad de vivir con su mamá. -Pues a mí sí me molestó pero no le escribí nada, total yo tengo más recuerdos positivos entre los dos. -¿Y cuando lo mirás? -Todos los fines de semana, cuando llega a traer el dinero, porque le doy 200 semanales, así le voy controlando que le alcance hasta el fin de mes. -Buena estrategia, así obligatoriamente tiene que buscarte. -Pero ni lo veo, llega en cuestión de 20 minutos, le doy el dinero y se va. Siempre tiene compromisos, que tiene que ir con la novia, que con los amigos, que con un profesor, etc.

-No dijiste que no tenía novia pues. -No tenía, pero al mes de estar con la mamá como que le apareció una, jajajaja . Y ahora sólo corriendo porque lo está esperando. -Así pasa mi amigo, así pasa, pero espero que celebren mucho.

15:38 -Aló, ¿está listo el anillo pedido 8564? -Sí señor, cuando quiera puede pasar a recogerlo. -Gracias. ¿Puedo a las 6 de la tarde? -Sí señor. -Gracias.

Son las cuatro de la mañana. Todo está listo. Anillo en mano, Mynor se pone el traje más nuevo. Eso sí zapatos para estrenar. En esos instantes el espejo le escucha decir: -Hoy es mi cumpleaños y al mismo tiempo la graduación de mi hijo. Qué más puedo pedir. Almuerzo reservado. Ah, falta pedir permiso en el trabajo. Eso es lo primero para hoy.

11:00 -Señores padres de familia, por favor, se ha habilitado el lado derecho y el lado izquierdo para que coloquen el anillo a sus hijos. Les rogamos sean breves porque es importante que todos aprovechen el escenario.

12:00 -Esto es todo. Pongámonos de pie y demos un fuerte aplauso a los nuevos profesionales que engrandecerán el futuro de la patria (Aplausos). -Al momento de salir, les rogamos no quedarse mucho tiempo en los corredores, recordemos que este es un hotel con muchos eventos y hay otras actividades por venir. Gracias.

-¿Cómo estás? ¿Emocionado? -Sí, permitíme, sólo voy a saludar a unos compañeros.

-¿Nos vamos a tomar fotos? -Pero ya tengo que entregar la toga, porque no podemos quedárnosla por mucho tiempo. Sólo me despido de mi mamá. -¿Está bien? Decíle que se venga a tomar fotos también.        -¿Cómo creés? -Aquí te espero.

-¿Y la toga? -Ya me la quitaron. -Bueno, tomémonos fotos enfrente de la puerta. -Está bien, pero sólo una o dos, es que fijáte que me están esperando. -Pero ¿sabés qué día es hoy? -Sí, el día de mi graduación. -Te mandé un mensajito informándote que íbamos a almorzar juntos. –Sí lo sé, pero total el mundo no se acaba hoy. Podemos almorzar mañana o pasado. -Te cuidás oíste. Bendicioooooones.

13:30 -Mynor, ¿Cómo estás? -Bien. Aquí, almorzando. -Y ese milagro, ¿siempre vienes a almorzar aquí a los tomatines? -Calláte. Sentáte, me querés acompañar. -Me vas a disculpar, pero vengo acompañado. -¡Pero ella no es tu esposa! -¡Tranquilo men, tranquilo!

13:45 -Señor, ¿le podemos traer el pastel? -Sí gracias. -Disculpe, es política de la empresa tomarle a los cumpleañeros una foto con nuestro sombrero de charro. ¿Nos permitiría? -Está bien, procedan. -Sonría.
-Disculpe señor, está bien esta foto o le tomo otra. –Está bien. Gracias. –En un momento se la traemos.

-¡Llamen una ambulancia! ¡Este hombre está teniendo un infarto! –Permiso, permiso, yo lo conozco. Tranquilo Mynor, todo está bien, respirá por favor, respirá. ¿Llamaron a la ambulancia? ¿Alguien sabe primeros auxilios? Creo que se desmayó.

14:01 –Permiso por favor, permiso. –Lo siento, ya no podemos hacer nada. Anoten la hora del deceso y escriban el reporte. -¿Usted es el gerente? –Así es señor, ¿sabe el nombre del occiso? -Sí señor, Mynor Nieto, pero su factura no tiene dirección porque sólo pidió que se escribiera “ciudad”. -¿Algún familiar estaba comiendo con él? -No señor, vino sólo. –Ya registramos sus bolsillos pero no tiene identificación ni teléfono. –Yo lo conozco señor, pero no sé donde trabaja ni donde vive, porque fuimos compañeros en un trabajo anterior. –Entonces que se presente el Ministerio Público y lo trasladen a la Morgue, en espera de que algún familiar lo reclame. Nosotros aquí ya no podemos hacer nada, por lo que nos retiraremos. 

–Señor oficial copie nuestros nombres y el número de la ambulancia para su reporte. -Con el permiso de ustedes.

14:40 –Hemos compilado la información y procedemos a retirar el cadáver. –Disculpe señor, servirá de algo que les proporcione la foto que le tomamos al occiso durante el almuerzo. –Claro que sí, será de ayuda. La entregaremos en la información de la morgue para la identificación. Permiso. Ya puede abrir su negocio señor. Buena tarde.

Eran las 2:45 de la tarde, el alba estaba clara, aún así no era posible sentir los rayos de sol, el mes de noviembre siempre ha sido así, con mucho viento y un clima de frío. Para el resto de la gente el día continuaba su marcha, cada uno tenía una agenda muy atareada, acciones, metas, proyectos, problemas y rutina. Luego de que pasó una bolsa negra montada sobre una camilla, con un broche ajustado y un movimiento liviano, se escuchó el ruido de un motor. Para Mynor, la vida había terminado.



jueves, 5 de diciembre de 2013

¿Aceptas ser mi novia?





Edwin Rolando García Caal


Soy un hombre que quiere llevar una relación en serio y por eso quiero pedir formalmente que aceptes ser mi novia. Pero antes te advierto: no esperes de mí un ramo de rosas, una serenata o que te regale una joya. No te abriré la puerta del carro ni te diré melosamente mi amor, mi vida, mi cielo y mi tesoro. Aún no me conoces y eso está bien, porque así debe ser. Un noviazgo es abrir la posibilidad a la esperanza para yo encontrar a la mujer de mis sueños y tú aceptar al hombre de los tuyos. Pero para cuando seas mi novia sé que debes tener claro lo que puedes esperar de mí existir. Y si hay algo sobre lo que quiero cimentar nuestros sentimientos es en la verdad, en la sinceridad y en la honestidad.


No quiero regalarte un ramo de rosas porque la dicha no viene en colectivo sino en singular. Te daré una rosa cuando menos lo esperes, porque creo que es original aparecer romántico en el momento menos indicado y no hacer fila cuando todo el mundo quiere darte abrazos, besos regalos y cosas. Pero también porque es UNA la posibilidad que tengo de llegar a conquistar tus más hermosos sentimientos. Si mi rosa llega a abrirse totalmente y dura mucho más de lo que esperas, sabrás que mi amor está cubierto de pétalos, que no se caerán tan fácilmente, mientras tengan agua y el agua que necesito me la darán tus besos. Y cuando juntos estemos, ya no te regalaré una rosa. Tengo planeado sembrarte un jardín en nuestra propia casa. Porque es mejor despertar cada mañana de primavera viendo por la ventana como se abren los botones que nos dan belleza angelical y no observar en nuestra mesa cómo muere día a día aquella rosa que arrancaron de su cuerpo natural para ponerla en un cristal. 

No esperes de mí que lleve serenata a tu ventana. Porque la alegría vana siempre llega así, con sonido alto y sonando bombos y platillos, para que todo el mundo vea los segundos que dura la emoción de una canción. Tú debes saber que los mariachis de cualquier serenata terminan dejando su traje en una sercha y volviendo a la vida real para sufrir sus penas. Yo prefiero hacerte una canción para que su música sea eterna, para que la escuches una y otra vez con el recuerdo del primer día que la canté y la seguridad de que mientras exista esa música y la letra haya tocado tu corazón, tendrás, con toda la razón, un motivo para mantener vivos tus emotivos sentimientos y seas feliz. En el momento de la tristeza, porque yo pudiera estar lejos, escucharás mi canción en tus oídos y sabrás que soy yo, una música, una letra y un suspiro, que piensa en ti.

Discúlpame si soy directo. Mas creo que eso no es un defecto. Es una garantía. Y te puedo asegurar que gracias a esa cualidad al salir día a día del trabajo, sabrás que no iré a otra parte, nada de reuniones con amigos, nada de emociones inventadas en un partido de futbol. Saldré de mi trabajo y me iré DIRECTO a buscarte, porque lo mejor de mi vida será estar contigo y eso sí te lo puedo ofrecer. 

No te abriré la puerta del carro. Porque tengo claro que el chofer de la reina jamás le dio un beso. Entonces qué gracia hay en eso. Hacerte sentir que eres superior a mí, sólo hará que pienses que no te merezco y que fijes tu mirada en otros hombres, pensando que llegará aquel caballero al que su chofer le abre la puerta. En la vida real, la realeza jamás intimó con quienes les abrieron la puerta, sólo sucedió en los cuentos de hadas y está claro que esos, son puros cuentos. Me han contado mis amigas que aquellos que empezaron abriendo la puerta del carro, ya casados terminaron abriendo día a día la puerta por donde salieron sus oscuros sentimientos y transformando en recuerdos viejos aquella actitud que les había enamorado. En cambio te propongo que seamos iguales, tú para mí y yo para ti. Como dos niños de vecindario que caminan tomados de la mano hacia la tienda, porque encontraron una moneda que alcanza para comprar una gaseosa. 

No te diré melosamente mi amor, mi vida, mi cielo y mi tesoro. Sólo lo diré cuando estemos con la debida calma. Quiero que cuando lo escuches de mis labios, sea en aquellas ocasiones en donde tus sentidos están poniendo atención al sentimiento y así haré que esas palabras no sean de rutina sino todo lo contrario, demuestren la verdadera esencia que me une a tu figura, a tu vida,… a tu alma. 

No te regalaré una joya. No quiero que te roben en menos de lo que canta un gallo lo que yo te pueda dar. O que estés preocupada pensando en donde la puedes esconder antes de salir a caminar. Ni quiero ponerte en riesgo para atraer hacia ti otras miradas que, por el brillo de las joyas y tu realce, tu cariño me quieran robar. Tampoco quiero regalarte algo que por hermoso no lo puedas usar y lo tengas que guardar. Yo quiero regalarte aquello que pueda estar siempre contigo, que te traiga recuerdos míos y que siempre puedas disfrutar. Que pueda crecer como crecerán tus sentimientos y que aún nos abrazará cuando estemos viejos. Eso no es algo pero valdrá más que muchas joyas. 

Y ya pasados de letras, quiero decirte lo que sí te ofrezco. Te ofrezco no decir malas palabras, ni delante de ti, ni a escondidas, ni cuando estemos felices, ni cuando estemos molestos. Si nuestra relación es de respeto, será en todo sentido duradera. Te ofrezco no falsear jamás la alegría, agregando licores al agua fría. Te ofrezco estar 100% sobrio, en el día a día y en los momentos de alegría. Cuando estemos tristes y cuando el baile sea lo único que el alma anhela. Te ofrezco aceptarte como eres, con tus virtudes y tus defectos. Me ha pasado que escucho una canción por primera vez y me encanta, pero también me ha pasado que escucho una canción por primera vez y no me gusta. En el segundo caso, cuando decido aceptar la canción y la escucho muchas veces, termina por gustarme y hasta la canto. Por eso he entendido que lo que uno logra aceptar, siempre le llega a gustar. Entonces qué dices: ¿aceptas ser mi novia?