Páginas

martes, 12 de agosto de 2014

Hazme el favor

Edwin Rolando García Caal

Amiga mía quiero pedirte que me hagas un favor. Es algo que deseo compartirte y te lo pido. Amiga mía, yo te suplico que lo hagas por mi bien, ahora mismo yo te lo explico y lo agradezco también. Yo sé que tú conoces de todo lo que tengo en mi pasado y sabes bien que de ningún modo con maldad he lastimado. Escucha bien que lo que yo quiero nunca antes lo he pedido, pero por un amor ahora de verdad estoy perdido.

Necesito que utilices argumentos que me puedan defender, que recuerdes todos esos momentos de mi vida, que conoces. De verdad necesito de tu apoyo, necesito portavoces, que le digan todo lo que yo siento a esa mujer. Es una hermosa dama que me ha dado una esperanza, por ella mi ser exclama una alabanza. Porque vi que su mirar avanza con nostalgia y desconsuelo, y aunque ella sigue allí, yo ya no estoy pisando el suelo.

Yo, pensando que una vez podría regalarle mi alegría, sin querer entré en ese lugar del que no puedo escapar. Y siento que lo que yo siento no es algo para jugar, que si ella no me acepta, todo perdería. Ahora estoy metido hasta el fondo de su forma de pensar, y me enamoré de su semblante y de todo su actuar. La vi como no había visto antes a ningún ser sobre esta tierra y quisiera que sus manos amantes no me hagan la guerra.

Yo te pido que con tus influencias de mujer que me conoces, le expliques que yo soy sincero y un buen hombre para ella. Tú sabes que jamás he intentado disfrazar una querella. Tú sabes que yo soy sincero en mi sentir. Díselo a ella.

Te pido que con el cariño que tú tienes para mí, logres, según escudriño, convencerla de mi amor. No quiero terminar hundido en la tristeza y el desencanto. Yo sin ella tendría medido mi tiempo en llanto. Si tú se lo dices sé, que bien podría aceptarme. Ya que estoy dispuesto a darle de mi amor hasta morir. Yo siempre te agradeceré, por favor, ven a ayudarme. Tú eres quien mejor me podría referir.

Amiga mía no me falles, te suplico hazme el favor. Escribí su nombre por las calles mientras sueño su sabor. Convéncela de ser feliz, por favor, aquí a mi lado. Evita que yo sea infeliz llegando a viejo. Dile que la amo, cuando la veas en el espejo.


1 comentario:

  1. Esa es la verdad de su corazón... con una declaración fascinante.
    Pudiera ella resistirse a ese amor entre letras?
    O sederá ante lo que siente por el escritor y volverse poesía de su amor?

    ResponderEliminar

Si te ha gustado esta lectura, permite que otras personas se enteren.